4 de octubre de 2010
Declaración de la IRL-FI de Zimbabwe
frente a la huelga general en España
Millones tomaron parte en la “huelga general”
en España:
¿Pueden los trabajadores ir más allá del programa mínimo del sindicalismo-economicismo?
Se informó en la prensa burguesa que más del 70% de los trabajadores en España tomaron parte en la huelga general contra las medidas de austeridad y las reformas anti obreras implementadas por el Partido Socialista en España. Todos los sectores de la economía fueron virtualmente afectados, pero de manera diferente. Los sindicatos, para evitar el cierre completo que podría haber paralizado al país y golpear duro a los capitalistas donde más les duele –expropiar a los expropiadores-, como siempre fueron a un acuerdo secreto de entrega que garantizaría la provisión de los “servicios mínimos” y las “actividades planificadas”.
Como sus iguales de Grecia, en marzo de este año, los agentes del imperialismo, la burocracia de la federación Unión General del Trabajo (UGT) fue forzada a escuchar el llamado radical a la acción, levantado por las masas combativas – la única clase, con intereses de clases capaces de terminar con toda clase de opresión y explotación en España e internacionalmente. Las decididas masas oprimidas, dispuestas a luchas decisivas con sus enemigos de clase, han entrado voluntariamente en un torrente de millones hacia el camino revolucionario, no sólo en España, sino a nivel mundial. En todo el mundo capitalista, ya sea en las colonias, semicolonias, potencias coloniales, mayores o menores países imperialistas, la orden es la misma: atacar, atacar más y más a la clase obrera mundial.
Contra las políticas del capitalismo-imperialismo, los trabajadores han contrapuesto una política progresivamente ofensiva muy dura para romper las cadenas de la opresión, el programa para enfrentar y transformar los actuales retrocesos como puntos de encuentro a conquistar. Como parte de este proceso para romper esas cadenas, los trabajadores, internacionalmente, están cuestionando su fidelidad hacia los partidos capitalistas y de frente popular y sus políticas, y en cierta medida se han rebelado contra sus dirigentes sindicales.
En Zimbabwe, y alrededor del mundo, la amenaza sobre estos partidos y la burocracia y aristocracia obrera ha aumentado dramáticamente. En muchos países incluidos los países imperialistas, está a la orden del día sostener a los parlamentos y gobiernos de coalición, un claro indicio de que los trabajadores han dejado de creer en sus partidos tradicionales; pero debido a la ausencia de una verdadera alternativa, un verdadero partido obrero revolucionario, los trabajadores que protestan, debido a una búsqueda por un cambio positivo sin tener una guía (ideológica), cometen graves errores fundamentales, en situaciones más graves, votando por los partidos reaccionarios.
El capitalismo está atento a esos desafíos. En primer lugar ha creado esas crisis, con su incapacidad para manejar los desafíos socio-económico que afectan a millones de trabajadores pobres en el mundo; está comprometiendo rápidamente su estatus social y por lo tanto está amenazando su existencia a nivel mundial. Los métodos y las actividades cotidianas hechas mediante un marco neoliberal contrapuesto a la resolución de la desigualdad, ha dejado a la clase dominante, la minoría privilegiada, expuesta a una derrota inevitable.
Para impedir la completa emancipación de los trabajadores el capitalismo ha intensificado el reclutamiento de corrientes contrarrevolucionarias, convirtiendo o comprando las que alguna vez fueron fuerzas u organizaciones progresivas, en sus principales herramientas de propaganda; organizaciones obreras y aquéllas organizaciones que supuestamente hablan en nombre de los trabajadores o de ser fieles seguidores de las doctrinas de los grandes revolucionarios Marx, Lenín, Trotsky. Pero la espontaneidad de las luchas de la clase obrera han mostrado que estos intentos no son más que intentos fútiles; hay vientos de cambio, los trabajadores ya han decidido, aunque con poca confianza y conciencia, que su futuro está en sus propias manos y principalmente, que para ganar, tienen que romper con los partidos burgueses y sus políticas.
Los españoles, estaban enfrentados con un altísimo costo de vida sin precedentes, leyes antiobreras y continuos ataques, la huelga general era entonces inevitable, y como en Kirguistán, una acción de masas, una acción independiente de masas y dirigida por las masas en lucha demostró ser una política correcta que podría paralizar y derrotar al gobierno de Zapatero. A principios de este año, los kirguises se organizaron independientemente y masivamente desarmaron a la policía y derrotaron al gobierno capitalista de Bakiev.
Recientemente el gobierno de Sudáfrica fue forzado a revisar hacia arriba su oferta de aumento de salarios a los trabajadores del sector público sólo cuando existió el poder dual y pesó fuertemente a favor de los trabajadores. El gobierno sobrevivió gracias a la política traidora de compromiso del COSATU, sin embargo se ha beneficiado enormemente con esta lucha en cuanto a confianza, conciencia y experiencia. Los dirigentes sindicales, mientras lanzaban amenazas y hablaban de declaraciones antigubernamentales radicales, fueron a proveer al gobierno del necesario apoyo para desarmar a los trabajadores.
En España, la UGT y la Izquierda Unida, salieron a declarar que la huelga había sido un completo éxito, una réplica de la exageración griega en marzo de este año. ¿Cómo puede la UGT, si verdaderamente está por un paro total, una verdadera huelga general, acordar la provisión de servicios mínimos? ¿Por qué? ¿Por qué la Federación sindical acordó un “servicio mínimo”, dándole aire al desesperado gobierno de Zapatero? ¿Por qué no movilizaron y dirigieron a los creadores de la riqueza a ocupar las fábricas, las minas, a expropiar y nacionalizar bajo control obrero los bancos y empresas; para controlar y ser dueños de los medios de producción?
No está en discusión que los trabajadores salieron por millones, pero sin embargo, eso no fue suficiente como para provocar un efecto real para derrotar al gobierno de Zapatero, semejante magnífico esfuerzo fue desviado y encaminado a presionar al gobierno para que revea sus “errores”. Los trabajadores volvieron con las manos vacías. Los trabajadores salieron, pero en lugar de ocupar las fábricas, sus energías fueron dirigidas a cerrar comercios, como oponiéndose a las propiedades imperialistas.
No, el único éxito que tuvo la huelga fue presionar al gobierno para que se siente en la mesa de negociación para revisar las políticas anti obreras, el cual sigue sin tener espacio para maniobrar; las posibilidades de una revisión positiva son mínimas o inexistentes: las leyes anti obreras sólo podrán derrotarse derrotando al gobierno de Zapatero. Esperar que el gobierno de Zapatero pueda conceder realmente las demandas democráticas sin una lucha, una gran lucha decisiva, es un pensamiento sin futuro.
El capitalismo mundial está en una grave crisis, hoy nuestros hermanos de clase en los países desarrollados se levantan contra los mismos ataques de austeridad, recortes de salarios, jubilaciones, servicios, salud. El desempleo está en aumento, particularmente los jóvenes son los más afectados, no sólo en los países coloniales o semi-coloniales sin incluso en los países desarrollados (imperialistas). Se informa que hay un abrupto aumento del índice de desocupación en EEUU, Inglaterra y otros países desarrollados.
En agosto de 2010, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) dio un informe detallando el impacto de la crisis económica mundial, alertando sobre las consecuencias a largo plazo del desempleo en la juventud. Informó en el mismo documento que este superaba el 38% en España: “Bajo condiciones en las que nuevas capas de jóvenes que abandonan la escuela engrosando las filas de aquéllos que ya están desocupados, existe el riesgo de que toda una generación se pierda debido a la crisis económica: gente joven que ha perdido toda expectativa de encontrar un trabajo con un salario decente”.
¡Demos a la juventud un futuro! ¡La juventud es el futuro! ¡No a la desocupación! ¡Reparto del trabajo entre todos los que pueden trabajar! ¡Igual salario por igual trabajo! ¡No al fondo de horas! ¡Educación gratuita desde el 0 grado hasta el nivel terciario! ¡Trabajo decente con salario por encima del nivel de pobreza / salario para todos, nativos e inmigrantes! ¡Por un gobierno de trabajadores-campesinos-estudiantes/jóvenes! ¡Por un partido obrero revolucionario mundial!
Todos los días en todos lados alrededor del mundo los trabajadores han tomado el camino revolucionario respondiendo a los continuos ataques de los capitalistas; más de un millón fueron a la huelga en Sudáfrica; miles se rebelaron por comida en Mozambique; Madagascar estuvo por meses sin un gobierno y sigue sin un gobierno estable; en Kirguistán los trabajadores y los soldados de base invadieron e incendiaron el parlamento; en Tailandia los Thais llevaron adelante una feroz batalla contra la policía armada y los soldados, claramente, estas acciones borran toda ilusión de que las verdaderas demandas democráticas pueden ser conseguidas bajo las normas actuales.
Una y otra vez la historia nos recuerda que estas luchas de los trabajadores, y muchas antes que las actuales, son entregadas principalmente por la burocracia y aristocracia obrera junto a las organizaciones de los falsos socialistas que han surgido como hongos en todos los rincones del planeta. Una y otra vez, por la ausencia de una alternativa real combinada con la presencia de propaganda pro burguesa pintada hoy de un color neo-liberal y los zigzags de esas organizaciones de izquierda, la clase obrera le sigue confiando la dirección a estos agentes del capitalismo en la dirección.
En realidad, los sindicatos sólo dirigen menos del 30% de la clase obrera, la mayoría más oprimida de la clase obrera es llevada a la lucha sólo episódicamente, durante un período de ascenso excepcional del movimiento obrero. Por lo tanto, durante esas situaciones, es imperativo crear organizaciones que incluyan a todas las masas en lucha: comités de huelga, comités de auto-defensa, etc., incluyendo a los desocupados y a los trabajadores no sindicalizados y otras fuerzas progresivas. Los sindicatos no son un fin en sí mismos, sino un medio en el camino a la revolución proletaria; los trabajadores (ocupados y desocupados) están por lo tanto obligados a ir más allá de las actividades del sindicalismo y organizarse independientemente de sus dirigentes sindicales para llevar su orden del día para llegar a su fin lógico.
Esos supuestos organismos obreros: sindicatos, incluyendo a los anarco-sindicalistas como en España, han desarrollado fuertes tendencias hacia el compromiso con el régimen democrático-burgués. Trotsky no estaba equivocado, esa es la situación y el desafío que enfrentan los españoles hoy. Trotsky dijo aún más: “En los períodos de lucha aguda, los cuerpos dirigentes de los sindicatos buscan transformarse en jefes del movimiento de masas con el objetivo de rendirlo duramente”. Ese es el programa de la UGT y de la Izquierda Unida, contraponer su programa mínimo del reformismo y de contención al programa de los trabajadores, el programa por la lucha por verdaderas demandas democráticas.
El coordinador nacional de Izquierda Unida quiso que los trabajadores crean que la política de los ataques de austeridad y las leyes anti obreras del gobierno fueron un error que puede ser fácilmente rectificado en la mesa de negociación: “El gobierno tiene suficiente apoyo en la izquierda del parlamento para rectificar todos sus errores”; y alertando agregó, “Si no cambia su política, el pueblo español cambiará a Zapatero”. Estos sentimientos muestran al mundo el posicionamiento sin compromiso de la izquierda de todas las organizaciones en España con los trabajadores.
Entonces, la acción de masas es una confirmación de los primeros pasos de los trabajadores para romper con el gobierno de Zapatero y sus sostenedores por “izquierda” en el parlamento. El gobierno entró en una non-sancta alianza con las “izquierdas”: Izquierda Unida, la burocracia obrera y otros funcionarios contrarrevolucionarios en el parlamento para contener la huelga y frenar la organización independiente de los enterradores del capitalismo. El gobierno llamó a las “izquierdas” ha honrar sus obligaciones echando agua fría a la huelga general para hacerla simple e inútil. Los trabajadores no necesitan cambiar a Zapatero, ellos necesitan cambiar el sistema de gobierno no sólo en España, sino internacionalmente, barrer con el sistema que no tienen nada que ofrecer salvo pobreza creciente. El llamado de los camaradas de la Izquierda Unida -a Zapatero a cambiar su política o los españoles cambiarán a Zapatero- es para subordinar a los trabajadores a sus enemigos de clase, siguen construyendo ilusiones en que el cambio puede venir a través de “coexistencia pacífica” con el capitalismo: coexistencia de los opresores y los oprimidos.
Para ganar, los trabajadores españoles deben romper con el Partido Socialista (no hay nada socialista en él), expulsar a la aristocracia obrera, la burocracia obrera, los falsos socialistas y construir un verdadero partido obrero revolucionario. Esta no es sólo una lucha contra el gobierno español, es una lucha política contra el capitalismo. La clase obrera mundial, como ayer en Madagascar, Tailandia, China, Bolivia, Sudáfrica, Inglaterra, etc. debe concentrar sus fuerzas en España y luchar hombro con hombro con los trabajadores españoles. Que vuelva a surgir en España la revolución de 1936, ese es el camino para triunfar.
¡Luchemos por recuperar las organizaciones obreras: los sindicatos!
Adonia Mutero
Por el Comité Político de la IRL-FI